Diana Zuleta
Y VOLVIO LA TAN ANHELADA Y TEMIDA "PRESENCIALIDAD" A LOS COLEGIOS
A partir de mañana, una vez que termine la semana de receso escolar en Colombia, muchos colegios recibirán a sus alumnos nuevamente. Y lo harán cada uno a su manera, y con su propio esquema. Algunos estudiantes irán por días, otros por semanas, en fin, se verán diferentes modelos, cada institución apostándole a acertar en un nuevo capítulo de esta pandemia inédita que nos ha obligado a aprender en el camino.
Le he dedicado un buen tiempo a tratar de imaginarme cómo será este regreso a clases después de una interrupción tan prolongada, y lo que implicará para los estudiantes, para sus padres, y por supuesto, para profesores y directivas de los planteles educativos.
En este “blog” me dedicaré a los adolescentes, pues ha sido mi mayor foco de preocupación en estos tiempos. Hay varios aspectos a tener en cuenta frente a esta nueva realidad, algunos de los cuales menciono a continuación:
MOTIVACION PARA REGRESAR: después de estos largos meses de confinamiento y educación virtual, sería lógico pensar que los estudiantes estarían emocionados de retornar a sus salones de clases, y a todo lo que implica la presencialidad. Algunos lo están. Pero para mi sorpresa, hay un buen porcentaje que preferiría seguir estudiando desde la casa. Ya sea por temor al contagio, o por factores menos relevantes como tener que madrugar más, si les dieran a escoger, no irían.
ASPECTO ACADEMICO: es todo un interrogante. Habrá que ver si en estos meses de clases virtuales, los estudiantes lograron mantener un cierto nivel, o si se atrasaron. Seguro dependerá de factores individuales, y de otros como el nivel de motivación que hayan logrado los profesores en ellos. Ustedes papás deben estar atentos a hacer seguimiento de esto, con el fin de que si se generaron vacíos, o atrasos de algún tipo, puedan corregirse.
ASPECTO FISICO: los profesores de educación física tendrán un gran reto, pues van a recibir alumnos con muy mal estado físico, muchos con sobrepeso, y muy resistentes a las actividades deportivas por el sedentarismo de estos últimos meses.
ASPECTO DISCIPLINARIO: Sin duda, los MANUALES DE CONVIVENCIA tendrán que introducir por unos meses el capítulo “Acatamiento de las medidas de bioseguridad”. Sabemos que los adolescentes, en razón a su crisis de autoridad, tienden a incumplir las normas que se les imponen. Por esto sería previsible que algunos hicieran lo propio con todas las nuevas medidas de prevención que encontrarán al regresar a los colegios: lavado permanente de manos, uso de tapabocas, distanciamiento social, entre otras.
ASPECTO EMOCIONAL: lo dejo en último lugar para poder extenderme más. Los colegios van a recibir estudiantes muy distintos a los que tenían en Marzo cuando empezó el confinamiento. El impacto que esta pandemia ha causado en la salud mental de los adolescentes es innegable. Lo que las instituciones pueden esperar es observar en sus alumnos comportamientos, reacciones, emociones que antes no se veían, o que se han exacerbado. Veamos algunos casos:
1. Estudiantes ansiosos: muy seguramente lo eran antes de que todo esto empezara, pero pueden haber empeorado. Mostrarán temor a la cercanía con otras personas, a que sus compañeros no cumplan con las medidas de bioseguridad, a que su rendimiento académico no sea el mejor, en fin, a estas y otras muchas situaciones que se salgan de su control y que los haga sentirse en cualquier tipo de riesgo.
2. Estudiantes impulsivos: después de todos estos meses de encierro, pueden llegar un poco como “caballos desbocados”. Va a ser difícil para ellos acatar y cumplir las nuevas medidas, como el distanciamiento social. Estarán más inquietos y móviles por lo que pueden aparecer llamados de atención por parte de los profesores, y se les puede dificultar concentrarse.
3. Estudiantes con rasgos obsesivos: son aquellos que en términos más comunes llamamos “cuadriculados”. Estos alumnos se preocuparán mucho, a veces en exceso, por cumplir con los nuevos protocolos al pie de la letra, y esperarán que los demás lo hagan también. Esperarán cumplir con todos las exigencias académicas y disciplinarias. No lograr alguno de estos propósitos, puede desencadenar en ellos ansiedad o irritabilidad.
4. Estudiantes con dificultades sociales: estos meses de encierro han significado un bajo reto social para adolescentes a los que les cuesta trabajo relacionarse. No han tenido que interactuar con nadie de manera presencial, y esto puede haberles generado cierta comodidad. Volver al colegio los pone otra vez frente a su dificultad, y puede llevar a que muestren resistencia a asistir.
5. Estudiantes deprimidos: algunos de los casos de cuadros depresivos que hemos visto en estos meses, se desprenden precisamente del encierro, la falta de interacción con los amigos, la poca actividad física y deportiva, en fin, aspectos que van a recuperar al regresar al colegio. Eso me da algo de optimismo, pues esperaría que muchos de ustedes que han visto a sus hijos tristes, empiecen a ver cómo recuperan su buen estado anímico.
Las implicaciones que para los padres va a tener el que sus hijos vuelvan al colegio, será tema de otro “blog”. Por el momento quisiera hacerles algunos comentarios:
1. Si están en el grupo de papás que prefirieron que sus hijos no vuelvan por ahora cuando ellos sí quisieran hacerlo, podrán observar algo de malestar, y de pronto recibir uno que otro reclamo. Saber que sus amigos ya se están viendo y están disfrutando de algunos espacios sociales, los puede hacer sentir excluidos y temerosos de perder estas relaciones. Ante eso deben tratar de ser receptivos y comprensivos, y no tratar de convencerlos de que no deberían sentirse así.
2. En esta época más que nunca, la comunicación con el colegio debe ser permanente. Así podrán tener información sobre el estado emocional y académico de sus hijos, y si es el caso, podrán tomar medidas para remediar cualquier cosa que esté fallando.
3. Sigo creyendo que el aspecto emocional y la salud mental son la prioridad en estos momentos. El colegio será un buen “termómetro” de qué impacto tuvo esta pandemia en sus hijos. Lo académico, en caso de haberse afectado, se irá recuperando poco a poco.
4. Y para terminar y no extenderme más, insisto en que la clave estará en la PACIENCIA: a los que quieren ir y a los que no quieren ir; a los que no logren cumplir con todas las nuevas medidas de bioseguridad, por rebeldía o por falta de costumbre; a los que no tengan desde el comienzo el mejor rendimiento académico o el mejor comportamiento y a cualquier otra situación que en Marzo no existiera. Estos meses han sido MUY difíciles para sus hijos y los han soportado con valentía y madurez. Tenemos que seguir ayudándolos.
