Quienes han seguido mi blog, sabrán que hace un tiempo ya publiqué una introducción al tema del DIVORCIO y el impacto en los hijos.
Hoy quiero referirme más concretamente, a cómo viven los adolescentes esta situación en la que sus padres deciden terminar su matrimonio.
Lo primero que hay que decir, es que, a pesar de que la adolescencia es una etapa en la que los hijos buscan distanciarse de sus papás como una forma de ir adquiriendo autonomía, también es una etapa en la que necesitan sentir su amor, su apoyo, su guía, pues es a ellos a quienes ven como ese “piso” que los sostiene, cuando parecen estar caminando sobre arenas movedizas.
Por lo anterior, la noticia de que sus papás van a separarse genera en los adolescentes un gran impacto. Además de todo lo que está sucediendo en sus vidas, ahora deben lidiar con lo que conlleva un divorcio. Son muchos los retos a los que se enfrentan, y quisiera mencionar por lo menos algunos de ellos:
Lo primero es lograr manejar los sentimientos que la noticia les genera: tristeza, rabia, temor, desconcierto, inestabilidad, sensación de desprotección.
De lo anterior se desprende otro reto difícil, y es el lograr que todos estos sentimientos no terminen expresándose de manera inadecuada: problemas disciplinarios y/o de conducta, ingesta de alcohol u otras sustancias, relaciones agresivas con sus amigos y personas alrededor, excesivo aislamiento, disminución del rendimiento académico, entre otros.
También deben procesar el duelo de que su familia, como estaba constituida, ya no volverá a ser igual. Por lo general guardan la esperanza de que sus papás vuelvan a estar juntos, y llegar a aceptar que ese deseo no va a cumplirse, implica una gran frustración.
Con mucha frecuencia, el comportamiento y el manejo de los hijos adolescentes, generan conflictos entre sus papás, por la dificultad que representa ponerse de acuerdo. Cuando la separación se da justo en esta etapa de la vida, los adolescentes deben manejar el sentimiento de culpa que les genera el creer que fueron los causantes de que el matrimonio de sus papás terminara.
Para el desarrollo emocional a cualquier edad, la cercanía tanto con el papá, como con la mamá, es fundamental. Frente al divorcio de los padres, los adolescentes tienden a ponerse un poco en el lugar de “jueces”, para tratar de establecer quién es el “culpable”, y quién la “víctima” de la situación. El reto es buscar que esto no suceda, pues de lo contrario, van a querer distanciarse de quien ellos consideren fue el, o la responsable.
Dentro de los profesionales en salud mental que se han dedicado a estudiar el tema del DIVORCIO y el impacto en los hijos a corto, mediano, y largo plazo, parece haber un consenso en este sentido: de cómo lleven las parejas su separación, va a depender en gran medida, lo que suceda con sus hijos. Afortunadamente hay cosas por hacer, errores que se pueden evitar, apoyos que se pueden buscar. Es imposible lograr que el impacto sea cero, pero sí hay formas de disminuirlo.
Ese será tema para otro blog. En este hablamos de los retos que enfrentan los adolescentes. En la continuación, hablaré de los retos que enfrentan los papás en su nuevo rol de divorciados.
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