Dentro de muchas dudas que tienen los papás de adolescentes, está la de qué hacer cuando comenten errores o incurren en comportamientos equivocados.
Con ese interrogante llegan muchas veces y llegan también con la decisión de lo que deben a hacer: VAMOS A CASTIGARLOS. “Como llegó tarde el viernes y oliendo a alcohol, vamos a prohibirle las salidas con los amigos”, “Como va mal académicamente, no podrá usar su celular por un mes”, “Como está tan grosero con nosotros, no podrá ir a la fiesta que tiene la semana entrante”.
Qué buscan con esto? Que los adolescentes reflexionen sobre lo que hicieron, acepten que se equivocaron, y quieran cambiar lo que sea que están haciendo mal. Ya sea incumplir las normas que se les han puesto, no rendir en sus escuelas, ser irrespetuosos, o cualquier otro de los múltiples errores que comenten en esta etapa de la vida.
Si estos son los propósitos, debemos asegurarnos de que la estrategia del castigo y la forma como se les plantea, son efectivos. Si no lo son, hay que pensar en algo diferente.
La conclusión a la que he llegado después de muchos años de ver adolescentes, es que tratar de castigarlos, tiene pocos efectos positivos.
Para empezar, los adolescentes a los que se les restringen o prohíben las cosas que les gustan o que son importantes para ellos, se llenan de rabia. En vez de pensar y reflexionar sobre lo que hicieron, y motivarse a cambiar, reaccionan de manera agresiva e impulsiva y alteran la tranquilidad familiar. Culpabilizan a sus papás por la “injusticia” que se está cometiendo con ellos, entran en una actitud defensiva y combativa, y el balance termina siendo muy negativo.
UN ADOLESCENTE CASTIGADO UN VIERNES SIN PODER SALIR NI UTILIZAR SU TECNOLOGIA, QUEDA CONVERTIDO EN ALGO PARECIDO A UN LEON ENJAULADO. LO UNICO QUE QUIERE ES DEFENDERSE Y ATACAR PARA PODER SALIR DE SU ENCIERRO.
Los castigos suelen ser efectivos con los niños. Con los adolescentes, no tanto.
Con ellos, la palabra que se debe utilizar es CONSECUENCIAS. Es decir que deben entender, como casi adultos que son, que toda acción o conducta tienen implicaciones. Muchas veces terminan siendo parecidas a los castigos que se hubieran puesto. La diferencia es en la forma en que se plantean, y cómo se llega a ellas.
Veamos algunos ejemplos:
Ejemplo No. 1
CASTIGO
Como vas perdiendo tres materias, no vas a utilizar tu celular, ni tus videojuegos hasta la próxima entrega de informes de tus profesores.
CONSECUENCIA
Llegó el reporte de tu colegio. Vas perdiendo tres materias. Tus profesores dicen que no estás haciendo tus tareas, ni preparando tus evaluaciones. Eso quiere decir que estás destinando tiempo que deberías utilizar para cumplir con tus deberes escolares, en otras cosas que seguramente te gustan más. Por eso te vamos a ayudar haciendo un horario en el que en ciertos períodos de tiempo nos entregas tu celular y apagas los videojuegos, y estudias o haces tareas. Y establecemos unos recesos en los que puedes descansar y utilizar tu tecnología.
Ejemplo No. 2
CASTIGO
Como anoche llegaste más tarde de lo que habíamos acordado, no nos contestabas el celular, y además olías a alcohol. Por eso esta noche no sales.
CONSECUENCIA
Anoche llegaste más tarde, no nos contestabas el celular y además llegaste oliendo a alcohol. Tu mamá y yo nos preocupamos mucho, y no podíamos dormir. Necesitamos recuperar ese sueño que perdimos, y además tú necesitas recuperarte también del “guayabo” o la “resaca” por haber tomado, para poder ponerte al día en tus estudios. Por eso, esta noche no sales, no trasnochas, y así mañana tienes más energía para ponerte al día.
Ejemplo No. 3
CASTIGO
Tienes el cuarto echo un desastre, no llevas la ropa sucia al canasto donde debes llevarla, ni la toalla a dejarla secando. Por eso no vas a volver a tus clases de fútbol, o de guitarra, por un mes.
CONSECUENCIA
Tienes el cuarto echo un desastre, no llevas la ropa al canasto donde debes llevarla, ni la toalla a dejarla secando. La ropa que no esté en el canasto, no se lava. La toalla que no dejes secando, quedará en tu baño mojada, y el desorden de tu cuarto nadie lo arreglará. Tú decides si quieres vestirte con ropa sucia, tratar de secarte con una toalla mojada, e invitar a tus amigos a una habitación que está echa un caos.
En conclusión: no son castigos, son consecuencias. Y las consecuencia deben desprenderse y tener relación con la falta que se cometió.
EL OBJETIVO DE LAS CONSECUENCIAS ES QUE LOS ADOLESCENTES REFLEXIONEN SOBRE LO QUE HICIERON, SE DEN CUENTA DE QUE TODA ACCION TIENE IMPLICACIONES, Y SE MOTIVEN A CAMBIAR LO QUE SEA QUE NO ESTÉN HACIENDO BIEN.
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