No podemos desconocer que el internet, la mensajería instantánea y las
redes sociales, pueden aportarnos información valiosa, formas ágiles de
comunicarnos y entretenimiento, entre otros beneficios.
Sin embargo, estas mismas herramientas al ser utilizadas por niñ@s y
adolescentes, pueden representar para ellos riesgos importantes.

Jonathan Haidt, en su libro “The Anxious Generation”, ya traducido como
“La Generación Ansiosa”, plantea de manera muy clara de qué manera las
redes sociales pueden impactar negativamente a la población adolescente
femenina. A esto quiero referirme en este “blog” que escribí con la
colaboración de mi colega María Cristina de Angulo Botero. La triste
realidad es que, lo descrito por el doctor Haidt, lo corroboramos a diario
quienes hacemos intervenciones psicoterapéuticas a esta población.
El tema es muy amplio, pero estos serían los principales riesgos que las
redes sociales podrían representar para las niñas adolescentes:
1. Cuadros de ansiedad - La autoestima de las niñas adolescentes está
muy ligada a su apariencia física, y a su nivel de popularidad social.
Cuando publican algo (especialmente fotos) en cualquiera de las
redes sociales, inmediatamente empiezan a esperar señales de
aprobación de parte de sus seguidores: Los “likes”, comentarios
elogiosos, o “emojis” positivos como la carita feliz o el dedo pulgar
hacia arriba, por poner solo algunos ejemplos. Esta espera produce
en ellas altos niveles de ansiedad y la necesidad de no separarse de
sus dispositivos, para comprobar, en tiempo real, el esperado éxito
de sus publicaciones.
2. Cuadros de depresión – Relacionado de manera directa con el punto
anterior, cuando las niñas no logran el resultado esperado con sus
publicaciones, es decir, cuando no reciben de los otros adolescentes
el número de aprobaciones suficientes, o no las reciben de quienes
esperaban recibirlas, pueden generarse episodios depresivos al
concluir de manera acertada o equivocada, que no son tan
aceptadas ni tan populares como quisieran.
3. Inseguridad física, social, sentimental – las adolescentes que usan
redes sociales, son también seguidoras de muchas otras personas,
desde compañeras, adolescentes de otros colegios, ciudades o
países, hasta ídolos juveniles como cantantes y actrices. El problema
radica en que, la gran mayoría de personas jóvenes, y mucho más,
las figuras públicas, muestran en las redes sociales una apariencia
física, una vida social, una situación sentimental y unas capacidades
económicas, aparentemente perfectas. Y las adolescentes con
inseguridades en cualquiera de estas áreas, que son la mayoría,
creen en esta supuesta perfección y empiezan a comparar sus
realidades con las de estas personas a las que siguen. De esa
comparación pueden resultar también cuadros depresivos,
trastornos de alimentación, y por supuesto baja autoestima, entre
otras consecuencias psicológicas.
4. Deprivación de sueño – Los adolescentes sufren de un fenómeno
conocido como “FOMO” (Fear of Missing Out), es decir, no quieren
perderse de nada de lo que sucede en sus vidas y en las de los
demás. Las redes sociales no paran: 24 horas, 7 días a la semana,
365 días al año, aparecen nuevas publicaciones. Quienes tienen
dispositivos en sus habitaciones en las noches, normalmente no
resisten la tentación de mirar sus dispositivos a cualquier hora de la
noche, por lo que corren un alto riesgo de dormir menos de lo que
está indicado para proteger su salud física y mental.
5. Disminución o afectación de relaciones interpersonales – el
consumo permanente de redes sociales está aislando a la población
adolescente. Cada vez se muestran más ensimismados, no buscan
relacionarse de manera presencial, y si lo hacen, carecen de
habilidades sociales.
6. “Influencers” como figuras de identificación e imitación – como
parte de su búsqueda de identidad, las adolescentes necesitan
modelos con quienes identificarse y a quienes imitar. Y en las redes
sociales encuentran una cantidad y variedad de esos llamados
“influencers”. Como su nombre lo indica, buscan influenciar en
apariencia, actitudes, hábitos, a quienes los siguen. Si bien muchos
de estos influenciadores transmiten cosas positivas, las
adolescentes corren el riesgo de seguir modelos inadecuados, sin
que su cerebro inmaduro les permita identificarlos. Empezar dietas
estrictas que puedan terminar en graves condiciones médicas,
autolesionarse como una forma de manejar emociones negativas,
auto diagnosticarse con cuadros psiquiátricos, son solo algunos de
las muchas alternativas que las niñas encuentran en las redes
sociales a través de estas personas a las que siguen.
El tema es mucho más amplio, pero quiero irlo introduciendo para generar
conciencia en los padres, profesores, familiares de niñas adolescentes.
Algunos países están tomando medidas para prohibir el acceso a redes
sociales por parte de las poblaciones infantil y adolescente. No es fácil
lograr este propósito sabiendo la habilidad que tienen los niños y jóvenes
para manejar la tecnología. Pero es un buen comienzo.
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